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Analisis

 
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Los niños juegan siempre y con todo

Según un estudio de Famosa, los niños incorporan el juego a sus actividades diarias

  • Key4Communications
02/12/2011

Dos de las niñas que participaron en el estudio de Famosa

Los niños se enfrentan al mundo jugando: es su forma de interpretarlo y de relacionarse con él, tal y como se desprende del estudio Un día en la vida de un niño, elaborado por Famosa en colaboración con el instituto tecnológico del juguete AIJU.

Este estudio ha analizado cómo viven los niños de hasta 11 años en entornos rurales y urbanos, y cuánto tiempo dedican al juego. Los datos obtenidos de las encuestas a 52 familias se han contrastado además con la opinión de 38 expertos, para ver cuál es la correspondencia entre la situación ideal y la realidad cotidiana de estas familias.

El juego, un elemento constante
La principal conclusión es que los niños intentan incluir el elemento del juego en todas sus actividades diarias, pero simplemente porque, como se ha apuntado, es su forma de relacionarse con su entorno. Como apunta José de la Gándara, consejero delegado de Famosa, “una forma de reconocer un niño sano es porque juega. El juego le ayuda a desarrollarse de forma correcta y saludable”.

Así por ejemplo, los niños duermen con peluches, se bañan con sus juguetes y aprovechan los desplazamientos en coche para jugar. El único momento en el que los expertos desaconsejan la presencia de juegos y juguetes es durante el tiempo dedicado a la alimentación, que debería dedicarse en exclusiva a esta actividad.

Cada vez menos tiempo libre
Sin embargo, los niños no juegan tanto como deberían e incluso son los propios padres los que fomentan el abandono del juego por parte del niño. Como el niño incorpora el juego a todas sus actividades, los padres tienen la impresión de que se sus hijos pasan el tiempo jugando, aunque lo cierto es que dedican en torno a dos horas a esta actividad, tres en el caso de los niños menores de tres años. Hay que tener en cuenta que también dedican una hora y media a hacer deberes y poco más de una hora a ver la televisión.

De hecho, el estudio ha constatado un exceso de actividades extraescolares, a pesar de que los pedagogos consultados opinan que entre los 3 y 6 años los niños han de dedicar más tiempo únicamente al juego. Psicólogos y pedagogos recuerdan en este sentido que jugar no es perder el tiempo, sino que es una actividad indispensable para el desarrollo del niño.

La reducción del tiempo dedicado al juego es una tendencia global: por ejemplo, la American Academy of Pediatrics de Estados Unidos avisa de que la sobrecarga de actividades y el estrés que causa la necesidad de que el niño ya cuente con un currículum perfecto antes de los diez años puede causarle ansiedad y contribuir a una depresión.

Del mismo modo, un estudio sobre el juego infantil en el Reino Unido (pdf) elaborado por Play England destaca que los niños tienen nueve horas semanales menos de tiempo libre a la semana que hace 25 años, cifra que llega a las 12 horas en el caso de los niños estadounidenses.

Si trasladamos estas cifras al estudio de Famosa, esto significaría que los niños españoles podrían dedicar hace unas dos décadas entre tres horas y media y cuatro horas y media diarias al juego, frente a las entre dos y tres actuales.

Una actividad para toda la familia

Los padres están preocupados por el tiempo que pasan con sus hijos, e intentan que sea el máximo posible. No en vano, el adulto con el que los niños pasan más tiempo no es ninguno de ellos, sino su profesor. En este sentido, María Costa, directora del área de pedagogía de AIJU, explica que muchos padres que se han visto obligados a reducir sus horas de trabajo o que se han quedado sin empleo, agradecen la oportunidad de pasar más tiempo con sus hijos, a pesar de los problemas económicos derivados de esta situación.

De hecho, muchos especialistas recuerdan la importancia de que los padres jueguen con los niños, lo cual cada vez es más difícil dadas las necesidades laborales y económicas de las familias. Un estudio encargado por Disneyland París el año pasado recoge incluso que un 20% de los padres no sabe cómo jugar con sus hijos y un tercio confiesa que le aburre participar en actividades y juegos familiares, a pesar de que el juego entre padres e hijos ayuda no sólo al desarrollo del niño, sino también a mejorar la comunicación entre ambos.

De todas formas, la mayoría de los padres son conscientes de estas necesidades. Según un estudio de la juguetera Hasbro, el 86% de los padres y madres juegan con sus hijos y lo hacen unas ocho horas semanales de media, si bien es cierto que el 54,2% de ellos sólo dedica entre una y cinco horas a esta actividad cada semana.

Diferencias entre pueblos y ciudades

Hay algunas diferencias en lo que respecta a los ámbitos rural y urbano, según el estudio de Famosa. Los niños que viven en ciudades tienen hasta tres actividades extraescolares a la semana, mientras que en el entorno rural la mitad los niños no tiene ninguna. Así, entre semana los niños de las ciudades tendrían menos tiempo para jugar.

El acceso a los dispositivos electrónicos también se da antes en las ciudades: el 66% de los niños de ciudad de entre 3 y 6 años ya usa ordenador o consola, porcentaje que cae al 16% en los pueblos. La proporción de niños conectados a internet también es superior en las ciudades.

Según el estudio de Play England mencionado, muchos expertos apuntan a que las nuevas tecnologías están robándole más tiempo a la televisión que al juguete tradicional, aunque lo cierto es que la edad de juego de los niños cada vez se va acortando más en favor de videojuegos y redes sociales.

Los niños de ámbitos rurales también pasan más tiempo jugando en los parques, pero no tanto en las calles: aunque se da algo más en los pueblos, se tiene la percepción de que se ha perdido este entorno como lugar de juego, aunque de todas formas estos niños son más autónomos y empiezan a salir antes con sus amigos.

Otro estudio de Play England también confirma que cada vez se juega menos al aire libre. El informe constata que el 72% de los padres pasaba en su infancia más tiempo jugando fuera de casa que dentro, mientras que en el caso de sus hijos el porcentaje baja al 40%. Un dato curioso es que uno de cada diez niños británicos no ha montado nunca en bici.

Los beneficios del juego

Todos los expertos coinciden en que el juego es un elemento indispensable en el desarrollo del niño y les ayuda a desarrollar habilidades físicas, cognitivas, de lenguaje y sociales. Como recuerda un estudio de la American Academy of Pediatrics, “el juego permite a los niños crear y explorar un mundo que pueden controlar, además de conquistar sus miedos” y “aprender a trabajar en grupo, compartir, negociar, resolver conflictos, desarrollar actividades de afirmación propia” y por supuesto tomar decisiones.

El juego debe formar parte también del ambiente escolar, ya que así “el colegio tiene en cuenta el desarrollo social y emocional del niño, además de su desarrollo cognitivo”.

Hay estudios que de hecho demuestran que el juego refuerza el aprendizaje. Por ejemplo, una investigación del Economic and Social Research Council apunta que la presión para que los niños inicien una educación formal a edades cada vez más tempranas lleva a un aprendizaje peor, ya que no se ajusta a las características de los niños más jóvenes, que necesitan hacer amigos y usar su imaginación. De hecho, los expertos apuntan a que la mejor forma de captar la atención y el interés del niño es hacer uso de esas necesidades.

Y es que tal y como indica el estudio de Famosa, el niño se enfrenta al mundo jugando; o, dicho de otra forma, para un niño, lo que no forma parte del juego, no forma parte del mundo.

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