Jugar con disfraces estimula las habilidades sociales | Key4Communications |

Ante la proximidad del Carnaval, desde la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) se recuerda que el juego con disfraces no se debería limitar a determinadas épocas del año, sino que debería ser una posibilidad de juego para los niños a lo largo de todo el año. Según la asociación, "el juego con disfraces es una fuente de beneficios para los más pequeños" ya que estimulan aspectos como la "fantasía, imaginación, empatía, simbolización y memoria", además de favorecer el desarrollo de habilidades sociales a través de la imitación de comportamientos y la creación de historias.

Andrés Payá, doctor en Pedagogía y Miembro del Observatorio del Juego Infantil, explica que "el juego con disfraces estimula el juego en común y ayuda a favorecer un diálogo e interacción social", convirtiéndose en una actividad "de gran importancia para el desarrollo emocional y social de los más pequeños", especialmente a partir de los 3 años, edad a la que los niños empiezan a desarrollar su sociabilidad, y también a partir de los 6, en qué aparece la creación de mundos imaginarios: "Disfrazarse no es sólo una forma de jugar, es una forma de aprender", apunta Payá.

El disfraz, un juguete más

Desde la AEFJ se recuerda también que aquellos disfraces dirigidos a niños y niñas de entre 1 y 14 años se consideran juguetes y, por lo tanto, es necesario tener en cuenta la seguridad del producto al tomar la decisión de compra: desde la asociación se incide en la importancia de que el producto cuente con el marcado CE, que indica que el fabricante declara su conformidad con la legislación aplicable. Asimismo, es también importante que los cordones no se puedan enlazar cerca del cuello o la cabeza, y que las máscaras que cubran completamente la cabeza tengan un área de ventilación  suficiente.