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Carta a/morosa
09/01/2011
Hola Cariño,
Llevo un par de semanas intentando hablar contigo... Sabes que soy yo quien te está llamando y no me lo coges. Tienes “fichado” mi fijo y mi móvil, pero el otro día te llamé desde el móvil de un compañero y me dijiste que estabas muy liada y que me llamarías, pero no me llamas nunca. Ahora tienes “fichado” el móvil de mi compañero y no hay forma de hablar contigo. Con lo bien que nos llevábamos antes.
He confiado en ti y te he dado mi dinero para que me lo devuelvas en 45 días. Te he mandado todo lo que querías con la confianza de que me pagarías, pero lo vendiste todo y me has devuelto el recibo. Te llamo para ver el porqué y no te pones al teléfono.
Cariño, este dinero me lo has quitado. Yo contaba con él para pagar mis facturas, y ahora no lo tengo. ¿Tú lo necesitas más? No pasa nada, llámame y pídeme más tiempo. No estoy obligado a concedértelo, pero por lo menos así me demuestras cortesía y respeto. Si tú necesitas dinero, ¿por qué soy yo quien te tiene que llamar? Si uno necesita dinero, va al banco, el banco no viene a él. ¿No es así en tu mundo también?.
Devolverme el recibo es como meter tu mano en mi cuenta y sacarme dinero sin mi consentimiento. Yo nunca iría a tu tienda de noche, sin que nadie me viese y sin tu permiso, a retirarte mercancía. ¿Por qué crees que tú lo puedes hacer?
¿Crisis dices? La sufrimos todos, no sólo tú. ¿No tienes liquidez? Ve al banco, es lo que he hecho yo. Me he hipotecado hasta las cejas para poder financiar mis compras y mis ventas. Yo me financio con bancos, pago comisiones e intereses, y tú te financias con mi dinero sin pagar un duro en comisiones ni intereses. ¿Te parece justo?
Cuando voy a ver mi banquero, me pongo mi mejor traje y corbata, llamo, pido cita, explico mis necesidades y espero que me den el crédito. Tú, sin embargo, sin llamarme, sin avisarme, vestida como sea, utilizas mi dinero para pagar a otros. ¿Pagas a ese otro con mi dinero? Sabía que un día me traicionarías, desde que te vi hablando con él en la feria...
Te molestan mis llamadas, me dices que no es para tanto, que sólo han sido dos semanas. Si fuera al revés, si hubieses pagado por adelantado por esta mercancía y no te la hubiera servido pasadas dos semanas, ¿no me estarías llamando cada media hora?
Al final me has tenido que pagar tres meses tarde porque te tuve que amenazar con darte de alta en una lista de morosas. No me gusta hacer estas cosas, ya me conoces, pero no me has dejado otra opción.
Bueno, han pasado ya nueve meses desde esta historia. El otro día llamaste a mi compañero, y le pasaste un pedido. ¿Todavía te funciona la tienda a pesar de la crisis? Me alegro. Te dijeron que sería pre-pago, ¿no?, ¿y lo aceptas?, ¿qué tienes dinero ahora?
Ah, tienes la venta hecha, vale. ¿Qué dices, que necesitas la mercancía urgentemente? Tú me pagaste al cabo de tres meses..., llámame...
Romeo