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La experiencia en FAO
Emili Alsina, director de Ediciones Just
25/02/2014
Si estás en Nueva York y te dedicas al sector del juguete es casi obligado acercarse a visitar la emblemática tienda FAO Schwarz, una de las referencias en cuanto a puntos de venta especializados en juguetes a nivel mundial, propiedad de Toys ‘R’ Us desde 2009. Su visita nos garantiza una interesante experiencia de compra. Al glamour de estar situada en la quinta avenida, en la esquina con Central Park y con una Apple Store a pocos metros, se suma el tráfico constante de turistas que se acercan a FAO como atractivo turístico de la ciudad.
En la entrada, un empleado disfrazado de soldado de juguete, icono de FAO, nos da la bienvenida y nos invita a pasar a la tienda, donde un inmenso montaje de La LEGO película nos recuerda que son un referente mundial, por lo que los lanzamientos importantes ya están entre su oferta y tienen que estar además en lugares preferentes, rodeados en este caso de grandes animales de peluche, incluyendo osos y avestruces.
Dejamos la planta baja, donde también podemos surtirnos de todo tipo de dulces y golosinas, para enfilar las escaleras mecánicas que nos llevan al piso superior, donde vemos un corner dedicado a los Angry Birds, demostradores con helicópteros de radio control y un photocall donde puedes hacerte una foto con personajes reales de Spiderman y Transformers. Confirmamos que la película Gru, mi villano favorito y sus Minions ya tienen implantadas unas cuantas referencias, y seguimos paseando viendo la amplia colección de muñecas de Madame Alexander, fabricante norteamericano de referencia en el país. Cómo no, saludamos a la responsable de la Nursery que está al cuidado de las muñecas bebé. Barbie también tiene un amplio espacio y llegamos a un corner dedicado a Hello Kitty: alrededor de la marca encontramos todo tipo de accesorios, vuelta al cole e incluso moda infantil, además de juguetes.
Hemos dejado atrás la parte dedicada a las más pequeñas de la casa y nos topamos con la parte de construcciones con LEGO como anfitrión destacado y una brillante exposición de figuras realizadas con los famosos ladrillos: Batman y la estatua de la Libertad, entre otras, funcionan como reclamo de los visitantes.
El piano gigante, enseña de Fao, nos invita a pararnos unos segundos y ver disfrutar a los más pequeños. De ahí llegamos a una nueva zona que nos llamó la atención, Build Your Ride: en ella puedes construir tu propio vehículo, eligiendo el chasis, las ruedas, las llantas y los accesorios, con un espacio de taller con las herramientas para realizar las operaciones de construcción pertinentes. De nuevo, una gran experiencia para los niños (y probablemente también para sus padres).
Seguimos y nos encontramos con un espacio dedicado a la línea Evolution: animales y dinosaurios que descubren su interior y facilitan el conocimiento a los más pequeños. No acaban allí los reclamos y vemos a un mago demostrando un juego de magia con un grupo de personas atónitas prestando atención.
FAO Schwarz intenta en definitiva ofrecer una experiencia de compra lo más completa posible. Primero, en cuanto al producto: no sólo ofrece juguetes tradicionales y las licencias de más actualidad, sino que tiene muy en cuenta tanto la oferta educativa como productos complementarios (moda infantil licenciada, vuelta al cole, golosinas…). Y segundo, en lo que se refiere al servicio y a las vivencias: hay demostradores de productos, empleados disfrazados y elementos dinamizadores y de interacción que convierten la experiencia de compra en el primer momento de juego.
Sin duda, se trata de un caso paradigmático y no todos los puntos de venta disponen de los metros cuadrados y el presupuesto necesarios, pero sí que es cada vez más imprescindible ser creativos y colaborar con los proveedores para convertir el punto de venta en algo más que una serie de estantes.